Saturday, March 03, 2007

 

Reinventándome

Por estos lares han pasado muchas cosas. He redescubierto que tengo mucha gente que me ama, que están junto a mi, mis incondicionales. Me considero alguien con mucha fortaleza, con mucho camino recorrido. Soy una guerrera, pero a pesar de ello también tengo mis momentos difíciles en los cuales chocó contra el suelo. Lo positivo es que siempre logro levantarme y siempre, siempre aprendo algo sobre mi misma, sobre la vida y eso a fin de cuentas es ganancia. He hecho varias resoluciones a partir de unos cuántos sucesos en mi vida.

Quiero empezar y continuar muchas cosas;

volver a escribir regularmente;

pintar la escalera del primer piso y los marcos de las ventanas de rojo;

pintar el deck para proteger la madera;

quiero hacer más ejercicio;

jugar más con la perra;

aprender a que no tengo que estar en lucha constante, que es tiempo de sentarme en mi sillón y disfrutar lo obtenido con tanta lucha, al menos por un rato, en lo que consigo nuevas batallas para continuar creciendo;

abrazar más a mis amigos, seguir en contacto con todos esos compañer@s que la red cibernética me ha regalado;

quiero poner en marcha unas cuántas iniciativas de amor y comunidad;

que quiero adoptar a un niño y ser mamá.

Quiero compartir,

que acabo de salir de un hospital psiquiátrico del cuál he salido con mucha fortaleza, en el cuál aprendí mucho de otros pacientes, lloré todas esas cosas que por orgullosa y creerme la más fuerte me aguanté y fui acumulando hasta no poder más;

que tengo una condición de bipolaridad que debo cuidar más responsablemente, que esta condición no define quién soy;

que intenté terminar con mi vida porque por un instante no le vi sentido a todo esto,

que el chorro de pastillas que me tomé me soltaron la lengua durante todo un fin de semana y llamé a media humanidad y no recuerdo mucho de a quién llamé ni que dije;

que lo que sí recuerdo es que llamé a mi papá, ese hombre que los que me conocen saben que adoro con locura y le dije que soy lesbiana, que lo amo y que me aterraba que el me rechazara porque es mi papá y quiero que el sea parte de mi vida,

que mientras estuve en el hospital además de llorar, abrazar a otros pacientes, buscar muchas respuestas de mi misma y ser de las primeras en la salita durante los almuerzos también extrañé mucho a mi Meche, a mi Frida, a Dey, la carne frita que hacen en un restaurante cerca de mi casa, extrañe mi cama, mi comforter mágico, extrañé la Internet; curiosamente no extrañé leer los periódicos, desgraciadamente creo que la guerra continúa;

que hace algunos meses la persona que me complementaba a la perfección decidió tomar otro camino, que la extraño, que hay momentos muy difíciles, que quiero que sea muy feliz aunque no sea conmigo, que a pesar de que con su decisión una parte de mi se desgarra tengo que decir que cada vez más aprendo ese principio de dejar ir, de soltar, de tener desapego por las cosas y sobre todo, de que tengo una capacidad inmensa de amor, porque el amor, al menos en el que yo creo, no aprieta ni encarcela, sólo es y deja ser y quiere que el otro esté bien;

sé que me falta mucho por aprender y muchas cosas que resolver y mejorar pero estaré un tanto magullada pero estoy en pie de lucha, con las botas puestas y el cuchillo en la boca, hasta el último suspiro,

Quiero agradecer,

que mi papá me dijo que me amaba y amaba lo que yo era, su hija, este detalle me da una fortaleza inmensa porque aunque yo nunca he ocultado lo que soy tengo que aceptar que faltaba una parte bien grande de mi misma al yo sentir tanto miedo en decirle, ahora puedo encontrar más fortaleza cuando sienta que todo va mal, porque quién mejor que mi papá para aconsejarme y amarme, tengo que añadir que mi papá es cristiano, va a su congregación todas las semanas, es muy activo en la misma y me siento muy orgullosa de que me diera la mayor lección de cristianismo que puede darse, amar y aceptar al otro;

no puedo dejar de agradecer que mi mamá también me dijo que no le importaba con quién yo compartía mi vida, que ella lo que quiere es que yo sea feliz;

quiero agradecer a mis amigos, como diría una conocida, esa familia que uno escoge;

quiero agradecer cada uno de mis tropiezos porque me han sensibilizado más, cada uno de mis triunfos porque son míos y me prueban que soy fuerte, que soy valiosa, que soy un ser humano vertical y con una dignidad inmensa;

quiero dar gracias a ese ser supremo, llamémosle como cada cuál quiera, por darme esta vida, con todas las cosas, por permitirme esta oportunidad de reinventarme otra vez más, quiero agradecer mi educación, mi salud, mi casa roja, ese trabajo que tanto me gusta;

en fin que quiero agradecer y aceptar con mucha humildad todas aquellas lecciones, buenas y malas, que la vida quiera darme.

PD- luego de escribir todo esto me siento tan tranquila, que sólo me falta recostarme en mi sofá, dormirme con la Meche a mi lado. Hoy es sábado, mi día preferido de la semana y sólo quiero terminar diciendo que estoy lista para seguir viviendo.


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Awilda Ivette Castro
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