Wednesday, May 31, 2006

 

Al otro lado del charco

Columna Hay que decirlo de Nelson Berrios-Publicada en Primera Hora, 31 de mayo de 2006

Ellos nos miran. Ríen y lloran con nosotros en la distancia. Son los millones de atrevidos boricuas que decidieron "brincar el charco" del Atlántico en busca de ese esquivo sueño de "mejor calidad de vida".

Ellos son un gran espejo de nuestra realidad. ¿Cómo nos ven? Nos miran con tristeza ante el tenebroso panorama económico, con incredulidad al no entender nuestro aparente masoquismo de seguir tolerando penurias y tirijalas políticos aquí. Nos miran también con cierta envidia al ellos no poder disfrutar la Isla que recuerdan bella en cada arranque de nostalgia. Pero sobre todo miran con amor. Amor a su gente y a esta isla porque son boricuas 100 por ciento... que nadie lo dude.

Unos 500,000 puertorriqueños se nos fueron en los años 90... Ya hay casi tantos boricuas fuera de Puerto Rico como los que vivimos aquí. Y al ritmo que vamos en esta nueva década se irán muchos más. Vivimos una verdadera ola migratoria como la de los años 50. Las razones son similares: buscan trabajo, mejores salarios, huyen de la criminalidad, de los hoyos en las carreteras, ansían servicios de educación y salud de excelencia. Y ahora se añade que están "jartos" de la politiquería, del desgobierno y del estancamiento económico de la Isla. Se nos van muchos de los mejor preparados: gran parte de los ingenieros de la NASA son egresados de la UPR en Mayagüez. Y se pregunta uno cuánta obra notable pudieron hacer estos ingenieros en la Isla... o si tal vez estarían desempleados. A los maestros los vienen a reclutar desde Florida. Es que a Orlando ya mismo habrá que hacerle un segundo piso para acomodar a tanto boricua con la ilusión de vivir cerca del Reino Mágico de Disney. Dos mil maestros que se quedaron sin trabajo con la crisis del cierre del Gobierno solicitaron plazas en Orange County.

Lo curioso de nuestros nuevos emigrantes es que se marchan de la Isla pero tal parece que la Isla jamás podrá marcharse de sus corazones. Las llamadas telefónicas son constantes, se enteran de todo lo que pasa aquí por Internet y por los programas que retransmiten las estaciones hispanas de televisión y radio. A los periódicos diariamente llegan e-mails de boricuas muy bien enterados de lo que ocurre acá.

¿Quién no tiene parientes que se han ido a Nueva York, Florida, Texas, California...? Todos los que se van buscan sus sueños. Pero que no se engañen: no es fácil, el éxito llega a fuerza de trabajo, de vencer los mismos prejuicios que enfrentan tantos inmigrantes latinos en Estados Unidos, tienen que dominar el inglés y quien no lo haga va en terrible desventaja. Hay que ser valiente para marcharse.

Y hay que ser valiente para quedarse en Puerto Rico. Los que nos quedamos, ya sea por sentimentalismo, porque tenemos un buen trabajo, por querer seguir echando raíces en esta patria y por creer que de alguna forma sí podemos construir un futuro mejor que este mediocre presente, somos para los que están al otro lado del charco los custodios de su esperanza. Porque si nos fuéramos todos, no tendrían isla a donde mirar. Ni a donde regresar.

Bien lo describe un amigo que conocí a través de la magia del Internet y el Messenger, el corozaleño Roberto Negrón. Él es uno de los boricuas en la luna que Primera Hora entrevistó el pasado año en su hogar en Japón. Al preguntarle si querría volver a Puerto Rico algún día, Roberto expresó su nostalgia así:

"Espero que Dios nos permita regresar a Puerto Rico. Por supuesto, añoro mucho el campo de la isla, el olor a café colao por las mañanas, la lluvia a cántaros, el pisar la arena de nuestras playas, el tomarme un coco bien friiiiiiiiiiiiio, el estar debajo de un árbol de mangó meciéndome en una hamaca, el calor de nuestra gente, la música, los bailes, las fiestas patronales, el jolgorio, el comer frutas tropicales, la espiritualidad cristiana de nuestro pueblo, las Navidades y, por supuesto, el estar con mi familia y mis amistades.

"Queremos volver, pero desafortunadamente en Puerto Rico no nos han abierto las puertas (tanto el gobierno como otras entidades) ante mis pedidos. En este aspecto, me siento frustrado y muy decepcionado. Ahora entiendo la razón por la cual muchos profesionales puertorriqueños se van de Puerto Rico a otros lugares porque se les cierran las puertas. A veces siento y digo: Parece que Puerto Rico no me necesita".

Esta isla sí nos necesita a todos, a los de ambos lados del charco. Hay que construir un Puerto Rico con oportunidades para cada hijo de esta tierra. ¿Cómo lograrlo? ¿Hay esperanza? ¿Ustedes que creen, al otro lado del charco?

Comments:
Sad but true.
Hay q tener cojones para cualquier cosa que se decida, pero creo q tan pronto termine de estudiar preparo mis maletas. Q fuerte, no ?
 
la pregunta no debe ser "como nos ven ellos a nosotros" sino cómo los vemos desde la isla, con cuántos prejuicios (de clase, de raza, de idioma, por ejemplo) ha sido contaminado el discurso que los describe... en puerto rico siempre se habla de los que "emigran" y últimamente está de moda porque quienes nos vamos recientemente somos profesionales, con escuela (gente que lee el periódico, como dice el artículo) pero... y qué con los hijos de los hijos (de los hijos, etc.) de quienes se fueron hace décadas, desplazados como parte del proyecto industrializador de manos a la obra, que no encajan con el cliché que el artículo describe? hijos de hijos (etc) de puertorriqueños, nacidos y criados en urbes loquísimas, marginados también por el sistema gringo, que se identifican con la cultura de los abuelos como método de sobrevivencia, porque no caben en ninguna otra categoría? a esos también los bienvenimos? porqué no se les menciona siquiera?
 
Hace poco conversaba con mi jefe gringo de esto. De toda esa generación de los hijos y nietos de los que emigraron en los 50. Le comentaba de esa noción de no pertenecer ni aquí ni allá. Sobre la construcción de una patria que ya evolucionó y es otra cosa, muy lejana al terruño que les inculcaron sus padres y abuelos.
 
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Awilda Ivette Castro
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