Thursday, August 24, 2006

 

A ley de tener las llaves de mi casa

Esta semana es el cierre de la compra de mi casa. Sigo como perro con siete rabos pero un poco más abrumada. Entre conseguir el dinero del cierre, coordinar las instalaciones de los servicios básicos, la mudanza y todo lo demás tengo los niveles de estrés en un martes de cierre constante.
Quiero ir a comprarme una blusa bonita para el cierre. Algo que tenga rojo para que la entrada a mi casa sea triunfal y memorable. Ese día me voy a maquillar y perfumar, voy a salir regia. No todos los días una mujer hispana y soltera compra su casa. Menos una casa como la mía. El menos observador no podría ver lo que significa esa casa gris y roja. Son tantas las amigas que se han ofrecido a decorar que voy a darle una habitación a cada una. Presumo que la decoración terminará siendo algo ecléctico, entre los toques orientales de Deinira, lo primaveral de Onelia y mi gusto clásico por la madera. No puedo olvidar, los toques que le irá dando mi primogénita Frida con sus uñitas. Parece mentira que esté a poco más de una semana de mudarme y las cajas siguen vacías. No tengo muchas cosas que mudar comoquiera pero estoy dormida en los laureles respecto a empacar y embalar mis pertenencias.
Lo que sí tengo claro es lo que voy a hacer una vez tenga las llaves. Pondré un disco de Haciendo punto en otro son a todo volumen. Conduciré hasta mi casa oficialmente, ya que desde que la vi sabía que sería mía. Me pararé a ver el balcón de afuera, respiraré bien hondo para no desmayarme de la emoción cuando abra la puerta. Miraré cada esquina, iré haciendo una imagen mental de cómo quiero que vayan los muebles. En la mano tendré la primera caja que quiero que llegue. La caja con el retrato de mi abuela, de mi papá y yo el día de mi graduación de universidad, el radio viejo de mi abuela y otros recuerdos de mis amores. Mientras acomodo esas cosas haré una oración de agradecimiento al Universo por permitirme lograr ese sueño. Bendeciré cada recoveco de lo que será mi hogar. Le hablaré a las paredes para que se vayan acostumbrando a la cadencia de mis palabras. Tocaré las puertas y los pasamanos para asegurarme que no sueño y es verdad que camino por mi casa. Mi casa, digo esto y es automático que el pecho se me hinche de la alegría. Estas palabras se han convertido en un mantra que repito para atraer buenas energías y para recordarme que soy muy dichosa.
Mi casa desde el comienzo está siendo un lugar para acoger a aquellas personas que amo entrañablemente, los que saben cuánto acaricie este sueño. No es una mansión lujosa de suburbio pero quién necesita una mansión. Al menos yo no, me siento tranquila con las bendiciones que he recibido hasta ahora. Apenas tengo muebles y he rescatado varias mesas de la basura para restaurarlas, pero eso es lo de menos. Lo que sí tengo es mucho amor para impregnar esas paredes y la fuerte convicción de que esta ciudad es dónde voy a echar raíces. Los más recientes asesinatos en la ciudad no me desalientan. Yo creo en que puedo ser parte del cambio y la solución. Y que ningún narcotraficante piense que va a poner un punto de drogas al lado porque no lo voy a permitir. Esa es mi casa y mi comunidad y voy a hacer la diferencia.

Comments:
Sentí cada palabra y evoqué una sensasión parecida a cuando también tuve las llaves de la mía. Fueron instantes en los que solo deseaba compartir con los seres más queridos para que se sentieran invitados de honor en mi primer hogar. Las paredes, se convirtieron en el cobijo certero de un sueño hecho realidad. Te felicito. M.C
 
Felicitaciones Chimorturfia. Tus palabras me hacen sentir tan bien que es increible. Es como si esa fuera mi casa y yo quien relata lo extraordinaria experiencia de lograr un sueño. Se que la disfrutaras al maximo y espero que en algun momento pueda compartir la vista contigo. La Cacatua.
 
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Awilda Ivette Castro
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